A Daniel Rabinovich, un querido amigo, le agarró una pequeña descomposición cuando estaban a punto de empezar una gira por España, y yo estaba por estrenar Teatro en Buenos Aires, una obra escrita por Pedro Saborido y dirigido por Hugo Midón, que siempre había dirigido espectáculos infantiles. Iba a ser una obra bastante rara, incluso le queríamos meter cosas de “De la Guarda”, entonces estábamos en mi casa con Midón y Saborido, cuando me suena el teléfono. Del otro lado era Marcons Mundstok que me decía “Nos tenés que hacer una gauchada, te animas a reemplazarlo a Rabinovich que tenemos una gira por España de dos semanas”. Yo le dije “para, dejame que me caiga la ficha”. Entonces le cuento a Midón y a Saborido. Y al rato decidí irme para España, era la gira de “Grandes Hitos”. Par mi fue como un baño de dulce de leche en mi vida, yo era medio amigo de ellos, sobre todo de Jorge Marona, habíamos tocado juntos, cuando éramos medio hippies.
*¿Ahora no lo sos?
Sigo siéndolo, y sino mirá (señalándose el pelo). Son grandes profesionales, un clan maravilloso. Mucha gente se puede imaginar que tipos que hace tantos años que laburan juntos podrían hacer cada uno la suya y nada que ver, son un clan, organizaban a donde íbamos a ir a pasear o a comer todos juntos al día siguiente. Imaginate, sentirte ser parte de Les Luthiers es medio raro y algo de intruso tenés que sentirte, pero te juro que me la hicieron tan agradable. No me lo olvido nunca más, realmente.
*¿Qué relación te une con el “Perro” Santillán, que hoy lo mencionaste en el recital?
Somos muy amigos desde hace muchos años, el “Perro” es un grande, ahora parece que hubiera desaparecido, pero en realidad es de los medios, de lo público, el sigue siendo un gran piquetero, aunque también cambió un poco en su piqueterismo. El es una bestia, un tipo de dos metros, al no le gusta que se tapen las caras en sus marchas, ve a uno con capucha y se la arranca, es un tipo que pone el pecho. Esa costumbre de la cara tapada y el palo para no se sabe que, no va. Con el “Perro” somos como hermanos.
*¿Qué significado tiene para vos Mar del Plata?
Que no dice Mar del Plata, todo dice. Mar del Plata es parte de mi vida.
*¿Hace mucho que no estabas por acá?
. -Y, la verdad es que me está afectando la calcificación cerebral. Estuve...eh...¿hay un lugar que se llama el Güemes? (-Sí, “Negro”). Ahí, hicimos la última con el trío. Ahora, vine solo porque era imposible juntar a los chicos. Estuve en Córdoba laburando una semana, pero sino somos tres: José Ríos, que es uno de los viejos “Sobrinos”, hace 20 años que tocamos juntos, y el “Puqui” Máguila.
*¿Cómo ves a la Ciudad ahora?
-No tengo ni la más puta idea. Lo único que sé de Mar del Plata es el “bolonqui” del Puerto (durante el recital le dedicó una canción a los fileteros que estaban presenten en el Teatro Auditórium). Es horrible lo que pasa y encima los medios no informan un carajo. Vieron el otro día cuando lo tiraron a Pérez Esquivel al piso, nadie dijo nada. No, hablar de la situación actual es un verdadero “bolonqui”.
*¿Cómo ves el panorama político en la actualidad?
- Están los Kircher por un lado, por otro los radicales que están defenestrados, es un “quilombo” que nadie entiende. Lo único que puedo hacer, es rezar para que esta mujer haga las cosas bien.
David Akerman / Eduardo Ferrer
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